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lunes, 11 noviembre 2024

Juan José Monzón: educar desde la música y la literatura

Juan José Monzón Gil dirige y coordina en Canarias la Red de Enseñanza del Timple, un proyecto innovador que introduce este instrumento musical en las aulas de los centros educativos del archipiélago. Unos 5.000 alumnos y alumnas de las diferentes islas tocan el timple y, por tanto, se adentran en el patrimonio cultural a través de la música. Como autor ha editado ‘El Timple Solista’, un método de referencia para el aprendizaje de este instrumento tradicional en numerosas escuelas de música de Canarias.

Conversando con Juanjo descubrimos, además de su pasión por la enseñanza, qué razones lo llevan a incursionar en el mundo del documental y la literatura.

«no se tiene libertad para siempre si no la cuidamos y mimamos todos los días»

Como director y coordinador de la “Red de Enseñanza del Timple”, ¿qué crees que aporta a las nuevas generaciones el aprendizaje de un instrumento musical tradicional?

La Red de Enseñanza del Timple es un proyecto pedagógico que surge en el Centro del Profesorado Gran Canaria Noroeste. Ya lleva cinco años y está instaurado en la mayoría de las islas del archipiélago canario. El aprendizaje de un instrumento tradicional acerca a los más jóvenes a su realidad, a su contexto, y a su entorno más próximo. Pensemos en todo ese alumnado inmigrante que ha llegado y está en las aulas de los colegios, y que ahora se puede beneficiar de un instrumento que les va a posibilitar conocer el patrimonio cultural de Canarias.

Puedo contar una anécdota de las visitas que hago a los centros educativos. Un día llego a un centro del sur de la isla de Gran Canaria y me dice el profesor: “Zainab empezó a hablar a raíz de cantar folclore de las Islas”. Se me pusieron los pelos de punta, porque esa es la prueba más evidente de la función social y educativa que está cumpliendo la Red de Enseñanza del Timple. Por otro lado, es un instrumento que van a llevarse para la vida, lo cual es un valor añadido.

Juan José Monzón: educar desde la música y la literatura

¿El músico nace o se hace?

Sobre este tema han corrido muchos ríos de tinta. Venimos de una educación musical donde un alto tanto por ciento provenimos de esa corriente que nos llega desde el siglo XIX y, como tal, es lógico que hayamos heredado una serie de patrones y clichés y pensemos que si no tienes oído para la música no sirves. Eso es ya un tabú que se desterró con un estudio que se hizo con Martenot, junto con Tomatis, un otorrinolaringólogo muy importante en Francia, y que marcó un antes y un después.

Ellos decían que, si no existía una disfunción, una anomalía en el canal auditivo, todos servíamos para la música. Es decir, el oído se entrena. Grandes dosis de transpiración, de dedicación y de voluntad hacen falta para llegar a ser un gran músico. En definitiva, todos podemos hacer música. No cabe dudas que para ser un gran artista hay que tener condiciones, pero si las tienes y no las trabajas es como si no las tuvieras.

Como documentalista, te inclinas particularmente por la Memoria Histórica. ¿Por qué?

Llegué a la Memoria Histórica casi por casualidad, porque presenté un cortometraje al concurso ‘Visionaria’ que se hace en la isla de Gran Canaria y gané el Premio del Público. En ese corto contaba cómo sacaban a una persona de su casa para darle el paseo, asesinarla y desaparecerla. A partir de ese momento entro en contacto con el mundo de la Memoria Histórica, y ya es imposible no empatizar con tanto dolor, contenido durante tantos años.

Es luego cuando me planteo hacer una obra mayor, con el documental ‘La Sima del Olvido’, donde se recogen las voces, por ejemplo, de dos mujeres mayores de Agaete que aún continúan esperando a que les devuelvan los restos de sus familiares, de sus padres en este caso. Empatizamos con el dolor de las víctimas y esto no se hace por revancha, se hace por cerrar heridas, porque las heridas siguen abiertas.

Juan José Monzón en la Sima de Jinámar. Foto: Sandra Franco

Publicaste junto a tu compañera Sandra Franco Álvarez, “El reloj de Elwinga”, una novela histórica dirigida al público juvenil. ¿Qué pueden aprender los jóvenes de unos sucesos acontecidos durante la Segunda Guerra Mundial?

Esta novela de Memoria Histórica que he tenido la suerte de escribir junto a Sandra Franco Álvarez, narra los sucesos acaecidos desde el año 31 al 45. Empieza contando el ascenso del partido nazi y finalmente cómo Hitler llega al poder; todo el horror que causó en la sociedad alemana y europea.

La novela cuenta también la guerra civil española y los sucesos acontecidos en Canarias, con el estallido del golpe de estado del general Franco, el 18 de julio de 1936. Lo que pretendemos con esta novela es acercar a los jóvenes a todo este episodio a veces desconocido, sobre todo de nuestra historia en Gran Canaria; contar lo que sucedió y cómo fue la defensa de la isla. Aquí no tuvimos esa Guerra Civil de la que se suele hablar, pero hubo una represión espantosa.

Muchos jóvenes y no tan jóvenes están leyendo la novela y les está gustando, ese es el feedback que estamos teniendo. Buscamos transmitir un mensaje: que no se tiene libertad para siempre si no la cuidamos y mimamos todos los días.

«una sociedad más igualitaria y más justa pasa por la educación»

Hay protagonistas femeninas en “El reloj de Elwinga” y en el documental “La Sima del Olvido”. ¿Es un guiño a la igualdad de género?

Más que un guiño es una obligación que tenemos toda la sociedad y las instituciones de visibilizar ese importantísimo legado que han dejado las mujeres. Tratamos de incluir siempre en nuestras obras el personaje femenino, como es el caso de Sophie Vogel que, aunque es ficcionado, fue tomado de Sophie Magdalene Scholl, una joven asesinada por oponerse al régimen nazi, o Irene Müller, su abuela. Dos mujeres generosas y valientes, en una Europa donde se estaba viviendo una situación muy complicada, particularmente en Alemania. O la sabia Elwinga, la bruja del bosque, una mujer que por sabia era perseguida, como muchísimas otras mujeres que han sido perseguidas a lo largo de la historia, incluso asesinadas.

Josefina es un personaje principal de la novela; ella está viva y reside en Agaete. El dolor que ha pasado durante toda su vida por mucho que ella lo cuente es imposible de narrar; si tienes un poquito de empatía y te pones en su piel, verás lo que supone haber estado esperando durante ochenta años para saber dónde está su padre. Se supone que puede estar en la Sima de Jinámar. Ahora se ha abierto una nueva vía para explorar la sima, hacer un estudio y finalmente limpiar ese agujero del horror. Ojalá que Josefina Expósito pueda descansar algún día porque le hayan entregado algún resto de su padre.

Juan José Monzón y Sandra Franco en la XXXII Feria del Libro de Las Palmas

¿Crees que, a través del trabajo conjunto escuela-familia, lograremos una sociedad más igualitaria y tolerante?

Por supuesto que una sociedad más igualitaria y más justa pasa por la educación. Con ella aprendemos a integrarnos en sociedad, a convivir, a ser empáticos, solidarios. La educación tiene hoy en día enormes retos, y cuando hablamos de educación hablamos de la que se da en la escuela y fuera de la escuela, con las familias, con el entorno en sí mismo.

Es una labor de todos y si queremos ir en pro de la igualdad de género, tenemos que remar todos hacia delante en la misma dirección. En ese sentido, tengo que romper una lanza en favor de esa tremenda institución que es la escuela pública, una escuela compensadora de desigualdades.

Con el timple, la guitarra, la cámara de vídeo o la palabra, Juanjo va tejiendo historias que hablan de unas islas muy afortunadas y atlánticas. El rescate de las tradiciones y de la Memoria Histórica es su particular manera de transmitir valores a los niños y niñas, de defender la libertad y la igualdad. Educar en las aulas y fuera de ellas es su propósito, usando un instrumento musical o la literatura, porque está convencido de que solo la educación, en el sentido más amplio de la palabra, es capaz de moldear mujeres y hombres más justos, respetuosos y tolerantes.

Si quieres conocer la historia de otro educador, pincha en este enlace: https://www.landbactual.com/el-maestro-que-se-convirtio-en-escritor/

Fotos: Sandra Franco/Aportadas por Juan José Monzón

Audiovisual: Leyanes Yanes

 

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Me llamo Belkys Rodríguez Blanco. Sí, un nombre muy parecido al de la reina de Saba, pero soy periodista. Me gradué en la Universidad de La Habana, en la era de la máquina de escribir alemana. Como el sentido común manda, me he reinventado en este fascinante mundo digital.
Escribo desde los once años y ahora soy una cuentacuentos que a veces se dedica al periodismo y, otras, a la literatura. Nací en Cuba, luego emigré a Islandia y ahora vivo en Gran Canaria. Estoy casada con un andaluz y tengo un hijo cubano-islandés. Me encantan los animales, la naturaleza y viajar. En resumen, soy una trotamundos que va contando historias entre islas.

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